Las apariencias engañan
Pedro está barriendo en el parque, cuando de repente va pasando una señorita de muy buen parecer hablando por celular, cuando de repente pedro sin querer la tropieza con la escoba y ella le dice:
- Mira idiota, casi me haces caer, porque no te fijas en lo que haces?
Pedro muy apenado se acerca a ella y queriendo ayudarla le dice:
- Señorita disculpe venga y la limpio
Cuando pedro se acerca a ella a querer limpiarla, aquella joven le empuja y le dice:
- Oiga no sea tan igualado, a mi no me toque.
- De seguro todo lo haces para robarme, porque cara de ladrón si tienes.
Aquel joven confundido y controlando su ira la mira y le dice:
- Señorita no soy ningún ladrón, yo solo soy el que barre el parque, no juzgue sin saber.
Aquella joven lo mira y con gran arrogancia saca un billete de su cartera y tirándolo al suelo le dice:
- Toma para que dejes de estar robando muerto de hambre.
Aquel joven muy ofendido, le dice:
- Señora yo no necesito de su dinero
Y diciendo esas palabras, aquel joven deja el dinero en aquel lugar y se marcha.
Al día siguiente
La joven Alicia va pasando por el mismo lugar, y en ese momento, se aparece un hombre a quitarle todas sus pertenencias, en ese momento, aquel barrendero se da cuenta de la situación y recordando lo que ella le dijo el día anterior duda si ayudarla, pero al final pedro corrió a ayudarla, y al llegar empuja al ladrón y se agarra con aquel ladrón a puños.
Momentos más tardes
Lucia está ayudando a pedro, a sentarse en una banca luego de los golpes que le proporciono aquel ladrón y ya sentados ella limpiándolo con un algodón le dice:
- Mira cómo te volvieron
Pedro haciéndose el fuerte le dice:
- No fue nada grabe señorita
Lucia le responde:
- Casi te matan por mi culpa, y a pesar de cómo te trate tu arriesgaste tu vida por mi.
Pero le responde:
- Señora, como le dije ayer, yo puedo ser pobre pero vengo de una buena crianza
Lucia muy apenada le dice:
- Me distes una gran lección y te pido perdón, por haberte juzgado, sin haberle conocido.
Pedro la mira y le dice:
- No se preocupe señorita, a veces nos equivocamos, pero Dios siempre nos hace ver las cosas, de una o otra manera, para que reflexionemos.
La joven lucia casi llorando lo mira y confirma con su cabeza que tiene razón y le da un abrazo.
FIN
Moraleja:
Muchas veces nos fijamos en un libro por su portada y no nos damos cuenta del hermoso contenido que trae por dentro.